Las promesas son
para cumplirlas, sino no se hacen. A Cristina le había prometido unas entradas
para ir juntas a ver alguna obra de teatro, con la excusa de su cumpleaños.
Desde que la rutina de la edad adulta nos devoró necesitamos de este tipo de
pretextos para seguir en contacto.
Cartel de Venus in Fur |
Una semana más tarde recibía un WhatsApp de Cristina. Me proponía ir a ver Venus in Fur. Como no habíamos vuelto a hablar desde mi promesa -y yo no creo en las casualidades- decidí interpretarlo como una señal y esa misma noche nos citamos frente al Teatre Goya (Codorniu), en el Raval.
Venus in Fur es una obra basada en una
novela. David Ives se inspiró en el libro
homónimo, del escritor Leopold von Sacher-Masoch (que originó la corriente
sado-masoquista) para escribirla. En la versión que Hèctor Claramunt ha traído al
Teatre Goya, Àlex Novak (Joel Joan), un ambicioso dramaturgo, realiza un
cásting en busca de la actriz que interpretara a Vanda Von Dunayev (Meritxell
Calvo), la protagonista femenina de su obra, que casualmente también adapta la
novela de von Sacher-Masoch. Se trata, por tanto, de teatro dentro del teatro,
de una suerte de juego de muñecas rusas, en la que una historia esconde otra y
ésta, a su vez, otra.
Escena de Venus in Fur |
Guerra de sexos,
juegos de poder o dominación entre géneros, son las denominaciones que, con más
frecuencia, aparecen al buscar información sobre la obra. Temática a
parte, yo prefiero quedarme con la parte interpretativa, y con el frontón
dialéctico de dos personajes/actores que no se dan tregua, pero sobre todo con Meritxell Calvo -que le habla de tú a
tú al siempre enérgico Joel Joan- una actriz tan desconocida como la debutante
a la que interpreta, y cuyo personaje va
mutando a lo largo de la obra, a la velocidad que cambia de ropa, o se queda
sin ella.
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