miércoles, 1 de mayo de 2013

Be right back (‘Vuelvo enseguida’)


Anoche vi el primer capítulo de la segunda temporada de Black Mirror, esa mini serie inglesa que anda, últimamente, en boca de todo moderno que se precie.

En Be right back (‘Vuelvo enseguida’) Martha y Ash ven truncada su relación de pareja con la muerte de éste último en un accidente de coche.  Incapaz de asimilar la pérdida, Martha tiene conocimiento de la existencia de un revolucionario software que, a base de rastrear las intervenciones públicas en redes sociales de la persona fallecida, es capaz de recrear su personalidad y ofrecer así la posibilidad de volver a interactuar con ella. Lo que en un principio parece que no pasará de ser una suerte de macabro chat post-mostem, pronto se convertirá en simulaciones de conversaciones telefónicas y tras ellas –en una última vuelta de tuerca- en una recreación física completa de Ash en forma de replicante.
Imagen de Be right back
 
Me inquieta sobremanera el dilema moral que plantea esta historia, y que a mi modo de ver es reflexionar sobre hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar para recuperar a un ser querido.

Desde anoche que no paro de darle vueltas a esta idea, y se me ha ocurrido que -aunque a primera vista pueda parecer que la única pérdida irreparable sea la ocasionada por la muerte física de alguien- existen también otros tipos de muertes que sería igualmente fantástico poder remediar. Pienso por ejemplo en los amigos del alma que dejaron de serlo, o en los amores que creímos para toda la vida y en que sería estupendo disponer de un software como el de esta serie, que nos permitiese reconstruirlos, hacerles volver justo antes de que se produjera el accidente. Recuperar a esos seres queridos para una última conversación antes de que –a pesar de seguir vivos- murieran para nosotros o nosotros para ellos.

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